El otoño ya está aquí, y si el cambio de luz o el tiempo no son suficientes indicadores, ya se encarga el campo de hacérnoslo saber. Un paseo por el bosque y ahí están, los hongos, las setas, els pebrassos.
Este hongo en concreto lo encontré en el borde del camino que va de Jesús a S'Estanyol, así, por casualidad, pero cómo no verlo si es el más grande que he visto nunca. No estoy muy puesta en los nombres que reciben, así que espero que no se asusten los expertos si meto la pata, pero creo que es una amanita ovoide.
Si las leyendas de duendes y demás criaturas mágicas de los bosques son ciertas, seguro que aquí tiene su morada alguno de ellos. No lo tocaremos, por si acaso!
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