Las puestas de sol en Ibiza siempre son espectaculares, pero las de otoño e invierno aún lo son más. La humedad que hay en el aire junto con las temperaturas más bajas nos regalan tremendos espectáculos visuales de luz y color. Es por eso que tanto me gusta ir a verlas.
Y ayer no fue una excepción. Cámara y trípode en mano allá que fuimos, al Parque Natural de Ses Salines. Se hizo un poco tarde así que esta vez Sant Francesc fue el lugar elegido. Como siempre, no defraudó.
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